El mundo se divide claramente en dos mitades, la femenina y la masculina. Prácticamente en lo único que ambas mitades coinciden irremediablemente es en el gusto por consumir, basta pasear por la zona de tiendas de cualquier ciudad para comprobarlo. En días festivos suelen ser un hervidero de gente entrando y saliendo de cuanta tienda tienen a la vista, da igual si es de moda, de vídeo juegos, de zapatos, eso es lo de menos, el caso es consumir sea lo que sea. A veces uno tiene la sensación de que no le damos importancia a nada más en nuestra acelerada existencia, que lo único que nos preocupa es poseer cuantas más cosas mejor. A veces uno tiene la sensación de que si consumiéramos igualmente cosas como solidaridad, compasión o vehemencia la especie humana sería infinitamente más humana de lo que en realidad es. consumo_004_thumb